lunes, 13 de julio de 2009

¡Anda, critica!

El comportamiento humano es casi imposible de predecir, las personas constantemente cambian sus conducta y se van adaptando a los desafíos socioculturales a los que se ven expuestos, en el mundo moderno es difícil distinguir cuando un individuo hace algo porque en realidad quiere hacerlo o lo hace imitando el comportamiento de otros sin reflexionar la trascendencia que puede tener esta acción y si es la mas conveniente para sus intereses particulares. La adaptación de las personas a sistemas sociales se fundamenta principalmente en la necesidad de sentirse parte de un grupo y la mejor manera de hacerlo es repitiendo comportamientos aceptados, tratando de preservar paradigmas que son los pilares de la comunidad ya que quien los rompa estaría faltando al grupo, al menos, en teoría.

La repetición es el centro de las culturas, todo lo que la encierra se mantiene gracias a la repetición: el idioma, la comida, la música, la religión, la educación, la manera de vestir e incluso de pensar, no es mas que el continuo paso generacional de información que se encuentra en el entorno donde nos desenvolvemos, pero ¿Qué pasa cuando esta información o valores que se entienden como “verdad” se encuentran desactualizados o influenciada por factores que la corrompen? La pregunta en este caso seria ¿debe el individuo seguir aceptando los valores inculcados o buscar los que se adapten a su realidad? Y de no estar de acuerdo con lo establecido ¿Qué hacer en el caso que las demás personas no les importen seguir tras modelos que parecen estar errados? ¿Vale la pena tomar el riesgo y adquirir una posición crítica a expensas de ser acusado de ir en contra del bien común? Aparentemente no vale la pena, la mayoría continua por el camino que sabe no es el correcto, pero es el que le mantiene mas conectado socialmente, ya que se suele pensar que encajar es lo primordial de vivir en sociedad.

Este comportamiento que coloca énfasis en la adaptación social, antes que los motivos individuales se podría interpretar como una perdida de la esencia misma del ser humano. Esa esencia que nos hace buscar siempre algo extra, que se nutre de la rebeldía, que se encuentra siempre viva en nuestro corazón o para decirlo mas románticamente ese sentimiento que nos repite constantemente que “podemos hacerlo mejor” pero la desobediencia a lo establecido se ve subyugada por las presiones sociales que vician el pensamiento individual y altruista que poseemos individualmente.

No quiero decir que el pensamiento colectivo sea del todo malo, somos ciudadanos del mundo, por esto debemos tratar de armonizar socialmente para el beneficio de la comunidad. Copiar los comportamientos que son considerados buenos generalmente termina beneficiando a la sociedad, Pero ¿que pasa cuando dejamos de actuar por nosotros mismo y repetimos actos sin pensar si es lo que en realidad queremos? ¿Donde termina tu comportamiento individual y comienza el comportamiento colectivo?

Es difícil encontrar un balance entre lo que queremos hacer individualmente y lo que debemos hacer colectivamente pero la raza humana se distingue de las demás por su capacidad de pensar, y el pensamiento no es mas que buscar o crear situaciones que mejores nuestra calidad de vida, tanto individual como colectiva, por lo tanto nuestro pensamiento en su núcleo es criticar lo establecido; observamos un acontecimiento, lo analizamos y sacamos conclusiones. En otras palabras desarrollamos un Criterio, separando lo que entendemos como bueno de lo que nos parece malo. Esto en el papel nos guiará a mejorar lo que teníamos, pero que no satisfacía por completo nuestras demandas.

Esta visión de mejoramiento continuo es lo que ha permitido al hombre sobrevivir y realizar avances tecnológicos, científicos, humanos y artísticos. El mayor de los males para la especie humana es quedarse sin capacidad para criticar, por tanto sin ideas porque eso es la crítica, el génesis para generar nuevas ideas, una manera de cambiar para mejor las circunstancias que se nos presenta.

Todo avance comienza con un descontento (una crítica) a lo establecido o a lo que no, esto no es más que la demanda por vivir mejor, vivir bien individual y colectivamente. La persona que pierde la capacidad de mejorar las circunstancias que los rodean, pierde parte de su alma, el cambio constante es la base de la naturaleza y nada que se quede sin renovación resulta bueno a largo plazo; las amistades, las parejas, los trabajos, los gobernantes y cada situación de la vida necesita obligatoriamente una continua reinvención. Así como los músculos del cuerpo las relaciones que no tienen continuas criticas = ideas se atrofian y nada dista mas de la verdad que un viejo dicho popular que reza “lo que está bien no necesita tocarse” la realidad es: si esto está bien ¿qué puedo hacer o que podemos hacer para que sea mejor?

La disyuntiva se forma cuando el miedo al error se presenta, el temor de fallar e ir contra lo establecido se convierte en un inconveniente mayor que la situación que quieres mejorar, pero no tengas miedo, el primer paso para acertar es equivocarse, una vez que falles estas mas cerca de atinar, no te conformes, pide mas, busca mas, pregunta ¿por que las cosas funcionan así? crea nuevas ideas, renueva pensamientos, renueva relaciones y renueva la forma en que ves al mundo porque nada te garantiza que lo que crees real y bueno sea absoluto. Critícate a diario, critica a tu familia, a tu trabajo a tu pareja, a tus gobernantes y a la TV critícame a mi por hacerte pensar en que debes criticar, pero sobretodo critica el estigma que se formo en la sociedad de que pensar diferente está mal, mientras mas critiques y mas ¿por qué? te plantees mayores cambios llegaran a tu vida por tanto a la comunidad.

Cada gran cambio de la historia humana, comenzó con un ¿por qué?

1 comentario:

  1. Partiendo de la premisa de que la sociedad nos dicta que hacer y como actuar, podemos preguntarnos: ¿Es cierto que el hombre necesita vivir en sociedad, o simplemente es una máxima impuesta por la misma sociedad?.

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